Si llevar a la gran pantalla La Legopelícula fue una gran maniobra comercial de la marca, lo que se vio en la última ceremonia de los premios Oscar le va al paso. Contextualicemos: la película de Lego era una de las grandes candidatas a ser nominada a Mejor Película de Animación en los premios de la academia. Sorprendentemente la nominación no llegó, por lo que Philip Lord, productor y guionista, tuvo este momento brillante en forma de tweet.
Pero a lo que sí fue nominada fue a Mejor Canción Original, así que aprovechando el momento en el que Tegan & Sara salieron a cantar el tema “Everything is awesome” de su banda sonora, aprovecharon para hacer un poco de ruido alrededor de la marca.
En concreto, aprovecharon el mismo recurso de la estatuilla de Lego para repartir unas cuantas entre los nominados. Un detallito que les proporcionó un montón de ruido mediático y social. Si no tienes tu oportunidad, mejor constrúyetela.
Las redes sociales las carga el diablo. Aunque es de sentido común el hecho de que hay que andar por ellas con pies de plomo, más de una marca lo ha descubierto a base de golpes. Sin ir más lejos, os presento diez casos en el que las marcas la han liado con sus acciones en social media.
1 – Por buenas que sean tus intenciones, ten cuidado
Tu marca es un producto y, como tal, tiene una percepción externa que no se tiene porque corresponder con la interna. Se ve que la policía de New York no era consciente de ello cuando pidió a los neoyorkinos que subieran sus fotos con los trabajadores del cuerpo. Las fotos que enviaron no fueron precisamente favorecedoras, y no porque pillaran a alguno con los ojos cerrados.
2- Imágenes sexuales y atención al cliente no se suelen llevar bien
El community manager de U.S. Airways se metió en un buen lío cuando contestó con una imagen sexualmente explícita a las quejas de una clienta. Una broma de mal gusto, un error en la gestión de cuentas, poca profesionalidad… cualquier cosa pudo pasar.
3- Los despistes pueden costar caros
En Microsoft se las prometían muy felices cuando contactaron con Oprah Winfrey para que promocionase por Twitter su nueva Surface. El problema es que la buena mujer lo hizo desde su iPad. Esto no sólo supuso el escarnio de la gente, si no que además dejaba claras las preferencias de la presentadora, restándole credibilidad al producto a través del prescriptor elegido.
4- No dejes en manos de los demás tu storytelling
McDonald´s quiso que sus fans compartieran todas aquellas historias tan entrañables que se habían vivido gracias a la cadena de comida rápida. Para ello hicieron de #McDStories un trending topic patrocinado. Al hacerlo, miles de usuarios compartieron sus historias… negativas. Tal vez si se hubiera quedado dentro de su comunidad, hubiese salido mejor la jugada, pero al comprar un hashtag y hacerlo visible para todo el mundo, se lio.
5- No siempre tienes que aprovechar las noticias
La actualidad es un gran vehículo para acercar tu marca a la gente, pero no en cualquier circunstancia. Si no que se lo digan a la gente de Celeb Boutique, que no tuvieron mejor idea que aprovechar el hashtag en el que se hablaba de una matanza reciente para promocionarse. Hay que tener un poco de sentido común.
6- Tus redes sociales no las puede controlar cualquiera
Si despides a tu community manager, mejor no le sigas dando acceso a los medios de la empresa. Parece algo muy obvio, pero no se le ocurrió a la gente de HMV. Resultado: difusión en directo de la ronda de despidos de la empresa y su opinión sobre ellos durante unas cuantas horas. Bravo.
7- Intentar ser simpático no siempre es necesario
En plenas nevadas, la buena gente del aeropuerto de Luton quiso ganarse una medallita a la vez que hacían un tweet gracioso. Para ello subieron esta imagen con el texto: “Porque somos un súper aeropuerto… estas cosas no nos ocurren cuando nieva… Weeeee”.
¿El fallo? La foto correspondía a un incidente que se había saldado con un niño de seis años fallecido. En cuanto la gente se enteró, corrió el veneno por las redes sociales y, a pesar de que no existió mala fe, no les quedó otra que disculparse.
8- Cuidado con las bromitas
El CM de Home Depot no estuvo especialmente fino cuando subió una foto a twitter para intentar que sus seguidores se divirtieran un rato gracias a la marca. Entraron, sí, pero para mal. No hay más que ver la foto para comprenderlo.
Aunque no lo hiciera de forma maliciosa, el desafortunado tweet le acabó costando el trabajo. Hay que tener en cuenta todas las posibles interpretaciones de lo que subes.
9- Controla hasta el último detalle
Otro caso calcado al de Oprah. Un tweet de Iker Casillas que acaba siendo contraproducente por evidenciar que ha sido enviado desde otro dispositivo. Si quieres que algo salga bien, cuidado con todos los problemas que puedan surgir y, sobre todo, ten claro todo lo que puede fallar. Con un poco de control sobre la acción, nada de esto hubiera pasado.
10- Ojo con las cuentas personales de gente vinculada a la marca
Aunque pongas la coletilla de “las opiniones de esta cuenta son totalmente personales”, lo que digas afecta a tu empresa. Si no que se lo digan al vicepresidente de la agencia de relaciones públicas Ketchum, James Andrews, que no se le ocurrió nada mejor que twittear que “me moriría si tuviera que vivir en Memphis” el mismo día que tenían una reunión con uno de sus mayores clientes. Ese cliente era FedEx, empresa con base en… ¿lo adivináis? ¡Memphis!
La pifia épica supuso una falta de respeto y un ridículo enorme de la agencia ante su cliente y el resto del mundo. Tuvo tal repercusión el tweet, que tanto Andrews como FedEx terminaron escribiendo comunicados oficiales al respecto. ¡Ole!
Las campañas con prescriptores en medios sociales suelen funcionar bastante bien. En la publicidad convencional está claro que al famoso de turno le pagan por decir según que cosas pero en las redes sociales se suele mezclar vida personal con profesional. El límite no está nunca claro. Las recomendaciones pagadas se confunden con los gustos de las celebrities de turno.
Partiendo de esta base, la gente de Microsoft seguro que se las prometía muy felices cuando pagó a Oprah Winfrey (cuya opinion en Estados Unidos es creadora de tendencias) para promocionar la tableta Surface. Con casi 16 millones de seguidores, un tweet suyo significa repercusión en un público fiel.
Pero claro, no contaban con una pifia como ésta.
A la susodicha no se le ocurrió otra cosa que recomendar la tableta sobre la que teóricamente estaba tuiteando desde un iPad. Tocado y hundido. La gente en Cupertino, seguro que está frotándose las manos y partiéndose de la risa.
Un golpe en la credibilidad de Microsoft (la de Oprah es casi invulnerable) y una lección para toda la gente que trabaja con prescriptores.
No se puede hacer algo como esto partiendo de unas instrucciones tan simples como «escribe un tweet diciendo que te gusta esto». El más mínimo error puede pagarse caro. Los publicitarios no son ellos, sino quienes los contratan. Los detalles no se pueden dejar en el aire porque luego pasa lo que pasa. Una pifia monumental que ha costado dinero y credibilidad.
Me he encontrado con este fail en Techcrunch.