Marketing, publicidad, relaciones públicas y tecnología aplicada a la comunicación

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Si la mejor publicidad es que hablen bien de ti, probablemente la peor será que hablen mal. Pero he aquí un giro interesante: todavía peor es que hablen mal de ti… ¡e intentes cobrarles 500 dolares por hacerlo! Éste es el caso del neoyorquino Union Street Guest Hotel, que ha puesto una clausula en cada boda que albergue por la cual cobrará 500 dólares a los organizadores del evento por cualquier invitado que ponga en internet una review negativa del hotel.

500 dolares por reviews negativas

En vez de intentar mejorar, no se les ha ocurrido mejor idea que intentar poner barreras al mar. Y no es sólo una amenaza: realmente han intentado cobrar a usuarios por hacerlo, escudándose en que los que organizaban la boda debían haberles comentado lo que se iban a encontrar en el hotel.

Como es lógico, su página de Yelp se ha llenado de reviews negativas. Eso es tener poco ojo.

Me enteré de este despropósito en GenBeta.


En mi humilde opinión, el sentido común es la cualidad más importante que tiene que poseer cualquier persona que se dedique a la comunicación. Todo el mundo parece tenerlo, pero en muchas ocasiones las consecuencias de los actos lo desmienten.

A veces, el simple hecho de preguntarte cuál puede ser el resultado de una acción es ya una batalla ganada y no hacerlo te puede llevar al más absoluto desastre. Si no que se le pregunten al community manager de la policía de New York, que con toda su buena fe hizo a su comunidad una pequeña propuesta: que subieran sus fotos con el cuerpo de policía.

NY police tweet

Y claro, esto es lo que pasó. Que la gente subió fotos de la policía con los ciudadanos.

ny abuso ny atropello ny carry ny paliza

Quizá haber planteado si era una buena idea realizar esta proposición hubiera evitado esto. La «experiencia» de los usuarios con el cuerpo de policía distaba de ser buena, con lo cual darles pie a recalcarlo no parece una gran idea. Puede que haya sido pura inocencia o una concepción de la realidad distinta a la que es, pero lo que está claro es que la han liado.

Eso sí, esto evidencia una cosa: el producto va antes que la comunicación. Si tu producto es malo, tratar de venderlo puede ser desastroso. Es mucho más necesario que inviertan en un «rediseño del producto» a que hablen de sus bondades. La publicidad es el modo más rápido de llevar al desastre a un producto defectuoso.

Visto en Cheezburger.


A día de hoy algunos aún preguntan por qué demonios deberían pagar a un diseñador para que les haga un logotipo si tienen un sobrino que diseña y se lo puede hacer por la décima parte del presupuesto. Pues bien, como respuesta bien podría servir esta compilación: 20 logos raros, inadecuados o, simplemente, horribles que explican la diferencia entre un profesional que sabe lo que hace y alguien que tiene un ordenador con programas y un dominio amateur del tema.

Al igual que cualquier otra cosa, un logo comunica. Que a nadie se le olvide.


Tópico, pero cierto. Los chinos son los reyes de la imitación. No hay más que pasarse por cualquier bazar para ver copias absolutamente hilarantes de productos ya existentes en el mercado (nunca olvidaré el día que vi uno con Chonel Nº5 y con Carlin Klevin). Pero si os pasáis por la ciudad de Wuxi, el nivel ya es absolutamente insuperable. Atentos.

fake brandsFake store Fake store Fake store

Cualquiera diría que hay algo raro ahí, ¿eh? Eso sí, tengo la duda de si es para engañar a los propios ciudadanos de las ciudades (al fin y al cabo, ellos están acostumbrados a otro alfabeto) o saben perfectamente que esos locales son burdas copias.

Me lo han descubierto en Golem13.


Vamos a ver. ¿En qué estamos pensando cuando hacemos publicidad? Esta noche al encender la televisión me he encontrado con el spot de Qé! Crack y me he quedado ojiplático.

¿Pero que demonios es esto? Éste es el tipo de publicidad que avergüenza encontrarte. Una especie de broma de mal gusto en un producto dirigido a un target joven (menores de edad incluidos).

No sé que pensáis vosotros, pero tengo verdadera curiosidad por saber como consiguió la agencia de publicidad que el cliente le aprobara tal demencia.

Qé! Crak