#PaellaEmoji

Tras vivir cinco años en Valencia, he sido consciente de la obsesión que hay en esta comunidad por la paella. Es algo muy interiorizado, hasta el punto de que no encontrarás un valenciano que no ponga el grito en el cielo cuando encuentra una paella sin los ingredientes correctos (aún colea la polémica por el arroz con cosas que hicieron los Love Of Lesbian en el spot de Estrella Damm).

Sin esta pasión, no se entiende del todo el éxito de #PaellaEmoji, la campaña que la agencia valenciana La Mujer Del Presidente ha realizado para Arroz La Fallera.

 Todo comenzó con una petición en Change.org para que la paella, al igual que muchos otros alimentos o platos típicos, obtuviese su propio emoji. Este ruego estaba firmado por Eugeni Alemany, cómico valenciano y que pondría cara acción de la marca.

Y aquí empezó la verdadera aventura, puesto que Eugeni voló hasta San Francisco para intentar liar a la gente de Unicode (los que pinchan y cortan en esto de los emoticonos nuevos) para incluir el iconito en cuestión.

Al final no sólo hubo petición oficial, sino que la campaña fue cogiendo gran entidad dentro y fuera de nuestro país. El 11 de marzo #PaellaEmoji fue TrendingTopic nacional, tendencia mundial en Twitter y logró aglutinar a miles de personas y marcas en torno a su lucha.

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Al final, la paella ha unido a toda una comunidad en torno de un icono que simboliza el aprecio de todo un pueblo por su plato estrella. Y una marca lo ha capitalizado de manera brillante, haciendo partícipe a todos de su mensaje.

Puede parecer anecdótico, pero evidencia una cosa: el éxito de una campaña no depende de los premios que logre en Cannes o en El Sol, sino del apoyo y aprecio que logra entre todos los que la hacen un poco suya.

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