Existen muchos tipos de amor, aunque en San Valentín las marcas sólo suelen centrarse en uno. Este año, Land Rover ha apostado por otro tipo de historia: la de 4 amigos que reunieron dinero para comprar un Land Rover Serie 1 de 1957. Con él, vivieron muchas aventuras durante muchos años, pero con el paso del tiempo el estado del coche y sus obligaciones les hicieron tener que venderlo (con todo el dolor de su corazón).
La marca se hizo cargo de la compra del vehículo para dar una sorpresa a los chicos. Una lovemark absoluta para estos 4 muchachos, que han conseguido recuperar una parte simbólica de todo aquello que fueron. Amor, al fin y al cabo.
La idea es de Y&R New Zealand y la he visto en Comunicadores.
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